VIVIR, DISFRUTAR, SOÑAR... EL MOMENTO.

Conocí a Oriol en el año 95, el primer año que yo vine a dar clase de violín al Conservatorio de Badalona. Estuvo en mi clase durante ese curso y parte del siguiente, después de numerosas tentativas de dejarlo y otras tantas charlas por mi parte para convencerle de que continuara. A pesar de que yo pensaba que realmente el violín le gustaba mucho más de lo que quería reconocer, él lo tenía muy claro: quería todo su tiempo libre para el ordenador. La informática era su auténtica pasión.

Y así fue. Dejó el violín después de tocar en una audición el concierto en Sol M de Vivaldi y, si realmente hubiera querido, habría sido un buen violinista.

Con 11 o 12 años tomó la decisión de seguir su instinto informático por encima de todas las demás cosas. Y realmente a mi me sorprendió (y aún me sorprende) que alguien a esa edad tuviera una determinación tan clara e incuestionable.

El siguió su corazonada y fue feliz en su mundo lleno de páginas webs, chats y todo ese universo virtual.

El futuro y el porvenir no le preocupaban gran cosa (al menos en nuestras conversaciones de entonces) y quizá tuviera razón: él más que nadie quiso vivir el momento, exprimir el presente al limite, hacer intensa su vida en el instante de ahora mismo. Y esto es algo que a veces se nos olvida en nuestras vidas: vivir el momento, disfrutar el momento, soñar el momento...

A su familia un sincero y fuerte abrazo.

MARTA GARCÍA DÍEZ. Dic-2001